
¿Cuánto cuesta realmente una impresora?
Cuando nos planteamos abordar la compra de una impresora lo primero que nos viene a la cabeza es el precio de la misma, ya que de ello dependerá la inversión que debemos realizar.
Sin embargo, el precio de venta de una impresora no es lo único que deberíamos analizar. Existen otros aspectos que pueden llegar a ser mucho más importantes, y que podríamos agrupar bajo el concepto de coste de propiedad. Este concepto agrupa una serie de costes asociados al funcionamiento y mantenimiento de la impresora y que generan un gasto contínuo.
Costes directos:
- Los cartuchos de tinta / tóner.
- Gasto de papel
- Mantenimiento general
- Consumo de energía
Costes indirectos:
- Tiempo de configuración del software
- Tiempo de aprendizaje (según complicación)
- Pérdidas de tiempo y material por errores, correcciones y repeticiones
Si sumamos todos estos elementos en su conjunto llegaremos a la conclusión de que el precio es solo un aspecto más a tener en cuenta a la hora de valorar lo que realmente cuesta una impresora.
Si compramos, por ejemplo una impresora de precio de venta económico, pero que tiene un alto coste por página, sumando de todos los elementos (los cartuchos de tinta o tóner, el papel utilizado, así como el consumo de energía) estaremos haciendo una inversión equivocada, ya que ese bajo precio de compra se verá superado por un coste operativo elevado que sufriremos día a día, y que se acumulará mes tras mes.
Por lo tanto, a la hora de invertir en una impresora, deberemos adoptar una postura más realista y previsora, tomando en cuenta todos los factores que afectan a su funcionamiento diario que van más allá del precio y que condicionan que nuestra compra se convierta en una buena o mala inversión.